La obsolescencia programada u obsolescencia planificada es
la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo
que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la
empresa durante la fase de diseño del mismo, éste se torne obsoleto, no
funcional, inútil o inservible por diversos procedimientos, por ejemplo por
falta de repuestos, induciendo a los consumidores a la compra de un nuevo
producto que lo sustituya.
Su función es generar
mayores ingresos debido a compras más frecuentes, que redundan en beneficios
económicos continuos por periodos de tiempo más largos para empresas o
fabricantes.


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